22 marzo 2013

Viernes de primavera...

Los pies se hundían en la arena que resbalaba despacio sobre sus dedos.
Un pequeño escalofrío le recorrió la espalda cuando, el agua en su ir y venir constante le salpicó.
Todo lo que abarcaban sus ojos estaba desierto.
 
 
 
 
Elevó los brazos al cielo absorbiendo el calor de un sol que apenas amanecia mientras la energía corría a través de sus venas.
Los bajó lentamente cuando sintió el suave aleteo de una mano acariciando su nuca.
Recordó, era el primer viernes de primavera... no estaba sola.

4 comentarios:

  1. Ves que te lo decía, yo?? Inspirada es poco, inspiradísima. Cada post es una equeña perla de ese collar invisible que rodea tu corazón. Respiro hondo, ¡qué afortunada soy por tenerte!, querida María

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  2. Somos afortunadas, Feli. Lo somos porque nos han hecho el regalo de tenernos.
    Un abrazo muy, muy cercano.

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  3. Tienes razón Saixa, nada como la primavera...

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