21 agosto 2013

La siesta...

... ha sido corta pero intensa. He soñado pero no recuerdo cual ha sido mi sueño.
En la terraza una brisa suave y cálida me envuelve con toques de jazmín que flotan en el aire. El mar, a lo lejos, se cubre con las velas de los alevínes de marinos que surcan sus aguas en procesión.
La proximidad de la naturaleza, que echo tanto de menos cuando estoy en la ciudad, crea una sensación de felicidad que provoca mis ganas de compartir lo que pienso y siento con los demás. Las palabras surgen a borbotones para mezclarse con las sensaciones que experimento cuando dejo que me inunde lo que me rodea.
Si escucho con atención las palmeras que se asoman por la baranda, entonan una canción que ahoga el sonido de los pocos coches que circulan cerca. Las voces se atenúan por el murmullo del agua y el cielo limpio y azul, me promete una noche cuajada de estrellas donde la luna, casi llena, dibujará imposibles senderos de plata.

Foto de Internet

Siento que todo vive en mi entorno, pero ocupa un espacio que en este momento casi no es real. 
Sé que este paisaje y esta serenidad son pasajeras...
... que llegarán los días ajetreados, grises y fugaces. Cuando la luz desaparezca tan pronto que nos habrá parecido un suspiro y añoraremos la calidez del sol calentando nuestra espalda, pero...

... aún estoy aquí. 
Mi sombrero descansa sobre la hamaca, lo recupero...
... esta noche me espera un lugar nuevo para descubrir.

7 comentarios:

  1. Disfruta de ese entorno que te envuelve y tan maravillosamente recreas. Un beso

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  2. Qué belleza... y la siesta embriagadora. Me das envidia sana. Besos.

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  3. Ya sabes, amiga mía, que lo disfruto con intensidad, casi con pasión...
    Un beso enorme desde la serenidad.

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  4. Pues, Julie, aquí te espero cuando quieras...
    Mil besos

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  5. Ya sabes, amiga mía, que lo disfruto con intensidad, casi con pasión...
    Un beso enorme desde la serenidad.

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  6. Cambio de look? Siento no visitarte más a menudo, espero aprender a administrar mi tiempo mejor y llegar a todos. Tus palabras siempre tan cercanas, porque describen mucho de lo que yo misma siento, y siempre tan bellas. Un abrazo, María! El tiempo del frío y la oscuridad aún está por llegar, luego no existe, el hoy es un instante azul y templado que anima el alma.

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  7. Y ahí estamos, Libe, disfrutando ese tiempo azul. De ese hoy que sabemos que nos pertenece. No te preocupes por no visitarme más a menudo... estás aquí siempre. Un beso de esos que se reflejan en el espejo de la otra mirada que es la tuya.

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