15 febrero 2014

No juzgues...

... y no serás juzgado... dice ese libro que todos conocemos.
Es difícil dejar de hacerlo, lo sé, pero no entiendo como hay personas que tienen la arrogancia suficiente como para decidir lo que es bueno, malo y regular, de una forma tan absoluta, que no dejan ni un resquicio a la equivocación o a la duda.
¿Quien se puede creer con la autoridad moral para decidir sobre tus actos o tu forma de vivir?
No soy una santa, nadie es un santo. Porque... ¿qué es la santidad?
Acaso ceñirte a un patrón diseñado por personas que sirven a una causa, a un dios? Someterte a una moral dictada por unas normas hipócritas, mientras en la intimidad de las habitaciones, se van saltando todas esas normas sin ningún pudor?
¡Qué fácil es decidir sobre la conducta de los demás! Utilizamos la misma vara de medir para nosotros mismos? O esa vara es más corta, más ligera y más permisiva? No será que lo que ven en los demás, es lo que observan dentro de sí mismas?
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No quiero cerca de mí a esas personas que se definen limpias, sinceras, correctas, buenas, honradas... mientras menosprecian, juzgan, y deciden sobre la moralidad de los demás, sin mirarte a los ojos. No me fío de esas personas que hablan del estado de pureza de su corazón mientras se congratulan de ese lado oscuro de los demás y, en el que todos hemos vivido, aunque haya sido por unos instantes.
Prefiero a las que tropiezan y se equivocan, a las que buscan la luz conscientes de ese lado oscuro que forma parte de nosotros, a las que viven la vida sabiendo que no son perfectas, pero que precisamente por ello, son más humanas. A las que saben que el camino de cada uno es diferente y por eso no único.
Prefiero a las personas que, sabiéndose siempre entre los dos lados, buscan siempre el más luminoso y por eso, nunca juzgarán.
"Cuando pienso que un hombre juzga a otro, siento un gran estremecimiento" Félecité de Lamennais

6 comentarios:

  1. http://wwwwar-hero.blogspot.com.es/search?q=impoluta+felicidad

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  2. 'No juzgues y no serás juzgado'. ¡Qué diferente sería el mundo si actuáramos de otra manera, sin juzgar negativamente a cada paso al que es o al que piensa diferente de nosotros! Pero es casi inevitable. En el mismo fundamento de nuestra conformidad con este proverbio podemos hallar, sin gran dificultad, varios juicios de ese tipo.
    Un saludo cordial
    Lino

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  3. Precioso articulo, sencillamente realista sin más, nada de rodeos.

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  4. Terminas tu reflexión con una frase que lo resume todo.

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  5. Juzgar lleva implícita una condena, no es lo mismo que expresarle a alguien sus diferencias a las nuestras, diferencias en cuanto a modos de pensar, accionar y sentir, sin emitir juicios de condena, creo que si yo te digo que me gusta mas el campo y a ti te gusta la ciudad, aun cuando para mi realidad el campo es mejor, te diría ve y vive en la ciudad que es tu decisión y siendo así no es malo porque es tu decisión, ve y se feliz en tu ciudad y yo seré feliz en el campo, ninguno dejara de ser para complacer si se trata de algo muy arraigado a nuestra forma de ser, sería terrible si dejara de ser yo y me fuera para la ciudad, tomando una decisión desde mi perspectiva y criterio propio si sería malo que viviera en la ciudad si soy mas feliz en el campo y es algo que está ligado a mi ser mas intimo, jajaj es una analogía para poder ver, pero si yo le dijera eres malo por vivir en una ciudad, eres un ignorante, eres un ser de cemento...en fin, lanzando condenas, en cambio de puntos de vista, eso es diferente. Es fácil Juzgar lo que no se sabe... a veces hay una linea muy delgada entre juzgar y dar nuestro punto de vista y defender nuestras convicciones, certezas, seguridades que nos han costado toda una vida para concretar, pero nunca dejar de tener nuestra abierta para ver argumentos o experiencias nuevas que cambien todo ello...por eso es mejor no juzgar, pero si defender cada quien su identidad y en donde haya conflicto tener el valor de ser y dejar ser sin juzgar...sin querer aparcar al otro ni con nuestras creencias y demás...respetar dejar ser y ser y para ello a veces toca dejar ir...porque imponer también es juzgar...

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  6. Estoy de acuerdo contigo. Creo que has puesto un realista final a lo que escribí en aquel momento. Ahora, pasado el tiempo, sigo pensando lo mismo.
    Gracias por tu comentario y un abrazo.

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