... delante de mí...
Su larga melena rojiza se balanceaba con un movimiento que me pareció igual al de las olas que acarician la playa. Sus pasos eran relajados y tranquilos y se movía con la complacencia de saberse y sentirse bella.
No pude evitar una sonrisa, pero… él me vio sonreír.
Foto de Internet
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Se puso a mi lado…
- Vaya… es que ahora te gustan las mujeres? -dijo con su tono de depredador cínico y seguro de sí mismo.
No, le contesté, simplemente me gusta admirar la belleza…
No me respondió... quizá ni siquiera entendió lo que yo le decía...
http://temiromemiras.wordpress.com/
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